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domingo, 3 de octubre de 2010

AVANCE DE LA AGRICULTURA SOSTENIBLE



INTRODUCCIÓN

Este documento examina hasta donde ha avanzado América Latina en su búsqueda de una agricultura más sostenible, y algunos factores que explican ese grado de avance. Se pretende sacar un balance global de cuánto hemos recorrido, cuáles son los obstáculos en el camino y hasta donde es realista pensar llegar.

Por agricultura sostenible s entiende una agricultura que permite alimentar y vestir a toda la población a un costo razonable, ofrecer un nivel de vida aceptable para los que depende del sector y degradar poco la base de los recursos naturales.

El documento concluye que en términos globales el avance hacia agricultura más sostenible ha sido mínimo. Sin embargo, ese panorama general esconde el hecho que se ha progresado bastante en temas y lugares específicos.

Este documento esta dividido en seis secciones. La primera analiza los cambios generales en cuanto a la seguridad alimentaria de la población y los ingresos de la población rural. La segunda examina las tendencias generales en cuanto a al degradación de los recursos naturales relacionados con la agricultura. La tercera cuarta y quinta analizan el avance de la agricultura sostenible en cuanto a las políticas, las instituciones y la tecnología respectivamente, y la sexta presenta algunas conclusiones finales.


La seguridad alimentaria y los ingresos de la población rural

El comportamiento global del sector agropecuario en América Latina en las últimas décadas ha sido mediocre. Entre 1970 y 1990, la producción agropecuaria creció apenas los suficiente para mantener el mismo nivel de producción per capita de alimentos (WRI, 1992); y en los últimos cinco años, o sea más despacio que la población (Escudero, 1995).

Entre 1970 y 1990, la fracción de la población que vivía en pobreza y por lo tanto tenía dificultades para satisfacer sus necesidades de alimentación y ropa, se mantuvo alrededor del 45% y el porcentaje que se consideraba indigente porque sus ingresos no le permitan comprar una canasta básica de alimentos, se redujo sólo ligeramente, de 24 a 22%. En términos absolutos, la población en la pobreza creció de 120 millones de personas a 196 millones (CEPAL, 1994).

Durante el mismo período, la proporción de la población rural que vivía en pobreza bajó de 67 a 61%, pero en términos absolutos creció de 75 a 80 millones de personas (CEPAL, 1994). La pobreza rural se concentra en el Centro y Sur de México, las laderas de Centro de América y la zona andina, el nordeste de Brasil, Haití y la República Dominicana.

El número de minifundios creció 47% entre 1980 y 1990, pasando de 7.9 millones a 11.7 millones, y el crecimiento demográfico llevó a una reducción en el tamaño promedio de las fincas (Chiriboga y Plaza, 1993). A pesar de constituir casi el 70% de las explotaciones agropecuarias, estos productores sólo controlan el 3.3% de la superficie en fincas.

Los ingresos de los agricultores han sufrido por los bajos precios internacionales par sus productos, agraviados por la depreciación de las tasas de cambio y mayor competencia con bienes importados debido a la liberalización del comercio. Los pequeños productores han perdido gran parte de su acceso a crédito bajo condiciones preferenciales y en la mayoría de los países ha habido una reducción en los salarios (FAS, 1988).

En resumen, la agricultura latinoamericana ha avanzado poco en cuanto a su capacidad de resolver los problemas de seguridad alimentaria para la población o de ingresos para la población rural. La producción per capita de alimentos y la proporción de la población que vive en pobreza ha variado poco, mientras en términos absolutos ha seguido creciendo a una alta velocidad.

Lo que es más preocupante todavía es que a corto plazo no se perfilan cambios importantes que puedan revertir estas tendencias. Los simpatizantes de los procesos de ajuste estructura y la liberalización del comercio siempre dijeron que el modelo de sustitución de importaciones tenía un marcado sesgo contra el sector agropecuario y los sectores pobres del campo y que un modelo neoliberal favorecería a esos sectores. Sin embargo no ha sido así. La apertura comercial y la devaluación de las monedas nacionales redujeron la discriminación contra el sector agropecuario, pero la combinación de los bajos precios internacionales para los productos agropecuarios, la desprotección de la producción agropecuaria para el consumo doméstico y la presencia de monopolio y oligopolios comerciales y agroindustriales ha provocado, generalmente,, un estancamiento de la situación de los productores. Además últimamente se ha revertido la tendencia general hacia la devaluación de las tasas de cambio, y eso ha perjudicado al sector agropecuario.

La degradación de los recursos naturales

El concepto de recursos naturales renovables incluye; suelo, agua aire, material genético, flora y fauna. Estos recursos pueden ser degradados por sobreuso contaminación, destrucción física y por el uso de sistemas de producción que perturben el balance ecológico. Algunos de los problemas más severos de degradación de los recursos naturales ligados a la agricultura son: la erosión, acidificación, salinización, compactación y contaminación de los suelos y la lixiviación y extracción neta de sus nutrientes, la sedimentación de ríos, embalses y zonas costeras, el uso ineficiente de aguas de riego, cambios indeseados en los flujos hídricos, la contaminación del agua por agroquímicos y desechos agroindustriales, la erosión genética de cultivares y razas de animales y la pérdida de biodiversidad silvestre, la pérdida de masa boscosa, la degradación de pastos por sobrepastoreo y pisoteo, la destrucción de los depredadores naturales y de los microorganismos del suelo, la emisión del dióxido de carbón por quema de madera y de metano por ganado y arroz irrigado, la intoxicación de agricultores, obreros y consumidores por plaguicidas y la resistencia creciente de las plagas a estos plaguicidas.

Según las condiciones ecológicas y los sistemas de producción predominantes en cada región, los problemas de degradación de los recursos naturales varían. En las laderas y montañas de México, Centroamérica y los Andes los problemas centrales son erosión y degradación de pastos (CIP 1992; CIAT/IICA/CATIE/CIMMYT, 1991)

La producción intensiva de frutas, hortalizas, algodón y tabaco sufre sobre todo del uso excesivo de agroquímicos y de la compactación del suelo (Murray, 1994). En los márgenes de los bosques de la Cuenca Amazónica, Centroamérica y México la preocupación más grande es la deforestación y la degradación posterior de los suelos y los pastos (Painter y Durham, 1995). Las grandes áreas de monocultivos cereales del Cono Sur enfrentan problemas crecientes de fertilidad, plagas enfermedades y malezas ligados a la eliminación de la ganadería de los sistemas de producción y el uso inadecuado de rotaciones cultivos (Coscia, 1991, Viglizzo et al 1991). Para una fracción importante de las áreas irrigadas el factor limitante es la salinización de la tierra provocada por un manejo inadecuado del agua de riego (Millar, 1993; Umali, 1993). En muchas zonas desérticas áreas de la zona alta andina el sobrepastoreo es la causa más importante de degradación, y puede llevar a procesos de desertificación.

En los últimos veinte años ha habido un deterioro notable en la base de los recursos naturales para la agricultura, e incluso en los ritmos de deterioro. Entre 1970 y 1990, se perdieron 92 millones de has, de bosque en América latina, y la tasa de deforestación anual aumentó de 5,4 millones de has. en 1970 a 6,8 en 1990. Entre 1980 y 1990 las emisiones netas anuales de carbón generadas por cambios en el uso de la tierra en la región aumentaron de 384 millones de toneladas a 525 millones de toneladas. También se ha expandido el área de suelos erosionados, compactados y salinizados.

Muchos países usaban más plaguicidas por hectárea cultivada en 1987-89 que en 1977-79 y todos, excepto. El Salvador, usaban más fertilizantes químicos (Winograd, 1995).

Por otro lado, también existen tendencias positivas. Ha disminuido la tasa de deforestación en la amazonía brasilera y algunos países de América Central (Kaimowitz, 1955; Moran 1993). Se ha reforestado millones hectáreas de tierras erosionadas en las áreas templadas del Cono Sur con árboles de rápido crecimiento y hay millones de hectáreas sembradas con labranza de conservación. En varios países se ha reducido el uso de plaguicidas químicas. Han aparecido importantes industrias de insumos menos tóxicos y degradantes para el medioambiente como agentes biológicos para el control de plagas y biofertilizantes.

También hay decenas de miles productores que han adoptado sistemas agroecológicos, o por lo menos algunas prácticas que reducen la degradación de los recursos naturales.

La situación en cuanto al marco de políticas

Durante las últimas décadas, las políticas macroeconómicas y sectoriales favorecieron patrones no sostenibles de desarrollo agropecuario. Con escasas excepciones, incentivaron la concentración de la producción y el comercio en pocas manos el sobreuso de los recursos naturales y la contaminación la especialización excesiva y la pérdida de la capacidad de encontrar opciones de mediano y largo plazo.

Durante los años setenta, las políticas cambiarias y comerciales asociadas con el modelo de sustitución de importaciones en América latina discriminaron contra la agricultura. Las políticas alimentarias buscaron disminuir los precios de los alimentos básicos, producidos en gran medida por campesinos, aunque eso significara ingresos bajos para los agricultores. Eso desincentivó la inversión en la agricultura, haciendo menos rentables acciones dirigidas a cuidar los suelos, bosques y agua y perjudicó el nivel de vida de los agricultores.

Para compensar esa discriminación contra la agricultura, se subsidió el uso de la maquinaria y los agroquímicos y la expansión de la ganadería extensiva y el área regada a través del uso de crédito subsidiado, tasas de cambio sobrevaloradas políticas comerciales favorables para la importación de bienes de capital, tarifas bajas de agua y electricidad para riego e inversión pública en infraestructura, investigación, extensión y producción de semillas (Bebbington et al, 1993). Estas políticas fomentaron el uso excesivo de los plaguicidas tóxicos, el uso de fertilizantes químicos como la principal forma de mantener la fertilidad de los suelos, la conversión de bosques a pastos, los sistemas de monocultivo, una fuerte dependencia en recursos energéticos no renovables y el uso ineficiente del agua para riego.

Las políticas de subsidios tampoco favorecieron la equidad, ya que fueron las empresas de "agrobusiness" y los productores medianos y grandes quienes tuvieron mayor acceso a la subsidios. Los programas de crédito subsidiado y tecnología para los pequeños productores siempre recibían menores recursos que los programas para los grupos más fuertes. En gran medida, los campesinos sufrieron el impacto de las políticas que discriminaban contra la agricultura, pero no gozaron los beneficios de las políticas que deberían compensar dicha discriminación.

Las políticas de reforma agraria colonización y titulación de tierras típicamente consideraban el área forestal como "ociosa" y fomentaron su conversión para usos ganaderos o agrícolas. También existían incentivos fiscales para la deforestación y políticas macroeconómicas y fiscales e inversiones públicas en caminos que favorecían la especulación de tierras. Y aunque hubo iniciativas positivas de reforma agraria la mayoría de ellas fracasaron por priorizar más la conversión de los sectores reformados en clientes fieles a los gobiernos de turno, que la viabilidad económica de estos sectores.

En los últimos a{os, han disminuido los subsidios directos e indirectos para el uso d agroquímicos y para la deforestación. Entre muchos lugares han cambiado la políticas de colonización y reforma agraria en aras de disminuir la deforestación y algunos países han subido las tarifas del agua para riego o la han privatizado par hacer más eficiente su uso. En varios países se han reconocido los derechos territoriales de los grupos indígenas, las comunidades negras, quienes generalmente se han caracterizado por un uso más sostenible de sus recursos. Algunos ejemplos notables de las mejoras en políticas incluyen la eliminación de incentivos fiscales par la deforestación en la amazonía brasilera, la adopción de una política de subsidios para la agricultura en México que dejó de promover el uso ineficiente de agroquímicos o la siembra de cultivos anuales en tierras marginales, los incentivos para la reforestación y la privatización del agua de riego en Chile y las devaluaciones en Nicaragua y Honduras que desincentivaron fuertemente el uso de plaguicidas (Moran, 1993; Murray, 1994 Rosegrant y Binswanger, 1993; Secretaría de Desarrollo Social 1994).

Sin embargo, todavía no existe un marco de políticas de tasa de cambio, aranceles, crédito, comercialización, subsidios, tenencia de la tierra, información, inversión pública, normas y controles que favorezca la adopción de patrones tecnológicos más sostenibles. Muchas distorsiones que favorecen el deterioro de los recursos naturales persisten, y algunas de las medidas asociadas con los procesos de ajuste estructural y liberalización comercial, como son la promoción de las exportaciones de banano, productos agrícolas no tradicionales como frutas, hortalizas, flores y plantas ornamentales y madera extraída de bosques naturales y la liberalización de las importaciones de plaguicidas, han estimulado el uso excesivo de plaguicidas y la deforestación (Hoppin, 1991; von Amsberg, 1944). El sesgo pro-exportador de las políticas recientes también tiende a favorecer más a los grandes productores y a aumentar la vulnerabilidad de las economías.

La situación en cuanto al marco institucional

El marco institucional que caracterizó la agricultura latinoamericana en las décadas pasadas dista mucho de promover una agricultura sostenible. Las prioridades, estructuras organizativas, metodologías y recursos humanos respondían a los objetivos de aumentar la producción agropecuaria de corto plazo bajar los precios de los alimentos a los consumidores y establecer clientelas políticas en el campo, pero no a la búsqueda de una economía más democrática y de una relación más armoniosa entre la sociedad y la naturaleza. Además, tuvieron siempre un marcado sesgo verticalista, donde el Estado imponía las políticas con escasa participación de los sectores involucrados, sobre todo cuando se trataba de campesinos, indígenas, mujeres y agricultores de la zona marginadas.

Últimamente, ese marco institucional ha sido debilitado, pero se empiezan a perfilar apenas algunos elementos de un marco institucional alternativo. Casi han desaparecido las agencias públicas dedicadas a la comercialización de alimentos básicos y las empresas estatales productivas y han perdido presencia y recurso los organismos públicos de investigación y extensión agropecuaria, reforma agraria, crédito y riego, aún son débiles los gobiernos municipales y estatales, las agencias ambientales, las universidades, las organizaciones no gubernamentales y las organización campesinas e indígenas que podrían formar el núcleo de una nueva institucionalidad en el campo.

El sector público mismo comienza paulatinamente a cambias. Cada vez más los discursos de los jerarcas del sector reconocen de forma explícita la magnitud de la degradación de los recursos naturales y la necesidad de tomar medidas radicales para enfrentarla. Ya no extraña a nadie que los Ministros de Agricultura o los Congresos hablen de agricultura sostenible, agroecología o agricultura orgánica aunque todavía la práctica dista mucho de la retórica. Los institutos nacionales de investigación agropecuaria están dedicando más recursos a investigar sobre temas ligados al manejo de los recursos naturales, algunas veces incluso con enfoques agroecológicos. Se han fortalecido algunos organismos públicos encargados del monitoreo ambiental y el establecimiento de un marco regulatorio y se han financiado proyectos de áreas protegidas manejo de cuencas, agroforestería y forestería comunitaria y manejo integrado de plagas.

Estos cambios son positivos, pero su influencia real en el campo todavía es muy limitada. Se han creado nuevos reglamentos sin tener la capacidad de hacerlos cumplir. Se está investigando más sobre como manejar mejor los recursos naturales pero hay escasa participación de los agricultores o las posibilidades de difundir los resultados de la investigación son limitadas.

Muchas universidades latinoamericanas tienen un interés creciente en trabajar en temas ligados a la agricultura sostenible, pero la mayoría son académicamente débiles. En la mayor parte de la Centroamérica, el Caribe, los países más pobres de la zona andina y las regiones pobres de los otros países, las universidades investigan poco y tiene limitado acceso a la información producida por otras entidades, sus profesores y estudiantes cuentan con una formación académica deficiente y padecen de múltiples problemas institucionales. Al mismo tiempo, en las universidades con mayor fortaleza técnica existe la tendencia de dedicarse más a investigaciones netamente académicas y a tener a escasos vínculos con los actores menos privilegiados en su entorno.

Cientos de ONGs en América Latina trabajan con tecnología de manejo de recursos naturales ligada a la agricultura (Kaimowitz, 1993). Entre ellas existe una gran variabilidad de tamaño capacidad tecnológica y tipo de vínculos reales con los agricultores. Sin embargo, en toda la región probablemente no pasa de cien las ONGs que tienen un trabajo eficaz relacionado con agricultura sostenible, y sólo llegan a una fracción marginal de los agricultores. La gran mayoría de las ONGs que trabajan con estos temas son pequeñas, con limitada capacidad técnica y poco arraigo real entre los agricultores a quienes supuestamente apoyan. Las ONGs son muy dependientes de fondos externos de Europa y Estados Unidos, lo cual es muy preocupante ya que dichos fondos tienden a disminuir.

La ONGs ha desempeñado un papel importante en promover el uso de tecnología sencilla para el manejo de recursos naturales tales como el uso de abonos orgánicos y cultivos de cobertura obras de conservación de suelos, reforestación repelentes naturales e insecticidas botánicos (IDESAC et al, 1989; Kaimowitz et al, 1992). En general, estas son alternativas tecnológicas que se conocen desde hace bastante tiempo, y las ONGS han hecho relativamente poco para adaptarlas a las condiciones específicas de las distintas regiones productores.

Muchas ONGs hablan sobre la importancia de aprender de los agricultores y rescatar tecnología autóctona, pero pocas logran hacerlo de manera sistemática. También hay una brecha muy grande en cuanto al discurso de la mayoría de las ONGs sobre la participación de los agricultores en sus programas y la situación real.

Un aspecto positivo del trabajo de las ONGs con agricultura sostenible en los últimos años ha sido la tendencia a crear instancias nacionales y regionales para construir consensos sobre políticas, intercambiar experiencias, metodología y materiales y realizar actividades de forma conjunta. Muchas ONGs que trabajan con agricultura sostenible forman parte del Consorcio Latinoamericano de Agroecología y Desarrollo (CLADES), el Consorcio de Desarrollo Sostenible Andino (CONDESAN) la Federación Internacional de movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), la Asociación para el Mejoramiento de los Cultivos Orgánicos (OCIA), el Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe (MAELA) y el Servicio de Información Mesoamericana de Agricultura Sostenible (SIMAS). También existen redes nacional de ONGs y otras entidades que trabajan con agricultura sostenible, agroecología o temas similares en casi todos los países de la región.

Otro fenómeno positivo, aunque incipiente, ha sido la incorporación del concepto de agricultura sostenible en el trabajo de muchas de las organizaciones campesinas e indígenas. Algunas organizaciones campesinas, como el Consejo Nacional Coordinador "Plan de Ayala" en México, los sindicatos campesinos en Ecuador y el Consejo de Pequeños y Medianos Productores "Justicia y Desarrollo" y en Costa Rica, han encontrado en el apoyo de las opinión pública por el ambiente, una oportunidad para construir nuevas alianzas, planteando que la defensa de la pequeña producción es necesaria para preversar los sistemas de producción diversificados y conservar los recursos naturales (Toledo, 1992). Dado que ya no hay tanto apoyo urbano para reformar agraria crédito agrícola subsidiada o políticas comerciales que protegen la agricultura, estos grupos esperan ganar apoyo de la clase media y los grupos ambientalistas internacionales con base en el potencial de los pequeños productores como guardianes de la tierra, bosques, agua y recursos genéticos. Este es un fenómeno reciente, y todavía está más a nivel de discurso que de acciones concretas, pero a mediano plazo podría resultar de mucha importancia.

La situación en cuanto a la disponibilidad de alternativas tecnológica

Para analizar el avance en cuanto a la tecnología para una agricultura sostenible, se ha dividido la tecnología relacionado con agricultura sostenible en seis tipos:

a. insumos alternativas

b. tecnología de alta precisión

c. prácticas de manejo y obras físicas

d. tecnologías "agroecológicas"

e. alternativas de ordenamiento territorial

f. tecnología de comercialización

Los insumos alternativos sustituyen insumos tóxicos, dañinos para el medio ambiente y basados en recursos naturales no renovables por otros productos menos nocivos con abonos orgánicos, biofertilizantes, lombrices, agentes de control biológico, repelentes naturales, feromonas y plaguicidas químicos menos tóxicos y/o con menores efectos residuales (Altieri, 1995).

En este caso se usan insumos de fuera de la parcela, igual como se hacía con la tecnología de la revolución verde, lo único que cambia es el tipo de insumo que se usa. Por lo tanto, este es uno de los tipos de tecnología más fácilmente compatible con las estructuras organizativas y metologías de la investigación y transferencia de tecnología agropecuaria actual, y un alto porcentaje de los éxitos hasta la fecha han sido con este tipo de tecnología. Ya existen mercados importantes para Bacillus Thuringiensis (BT), Trichogramma y otros agentes biológicos, plaguicidas con base botánica, "biofertilizantes como rhizobium, micorrizas y azobacteres y abonos orgánicos de distintas fuentes, y se puede anticipar que el uso de estos productos aumentaran sustancialmente en los próximos años.

Las tecnologías de "de alta precisión" reducen el uso de agroquímicos, agua y energía no renovable a través de un afinamiento de las dosis, formas y momentos de aplicación de insumos, agua y maquinarias que evita cualquier uso por encima de óptimo económico (Munson y Runge, 1990). Por ejemplo, se puede usar umbrales económicos de incidencia de plagas para determinar cuándo aplicar plaguicidas, fertilizar con base en análisis del suelo pro parcela, ajustar las densidades de siembra a las condiciones de cada parcela e instalar sistemas de riego que permitan mayor control sobre los flujos de agua. Los modelos de programación lineal y no lineal ayudan a identificar formas de ahorrar en el uso de la tierra, maquinarias agua e insumos

Muchas de estas tecnologías, aunque no todas, requieren métodos algo sofisticados, y por lo tanto, han sido aprovechados principalmente por productores grandes. Al mismo tiempo que disminuye el uso excesivo de bienes de capital también disminuyen los costos de producción. Con el avance de la revolución informática se puede anticipar que este tipo de tecnología se utilizar cada vez a mas aportando al uso más eficiente de los bienes de capital, pero haciendo mas difícil para los pequeños productores competir con los productores más grandes.

Mucha de las tecnología tradicional de conservación de suelos y agua tienen como base las prácticas de manejo y obras físicas de manejo y obras físicas, como terrazas, acequias, muros, siembra en contorno, labranza mínima y labranza cero y obras de captación, almacenamiento, distribución y drenaje de agua. También hay algunas alternativas de manejo de plagas basadas en prácticas culturales, como la incorporación de rastrojos, el uso de podas y la eliminación de plantas hospederas de plagas.

Estas tecnologías difieren de las tecnologías anteriores en cuanto a que su aporte al manejo de recursos naturales no viene principalmente a través de una reducción en el uso de bienes del capital.

La mayoría, aunque no todas, requieren inversiones adicionales en mano de obra o maquinaria, lo que puede dificultar su adopción, especialmente cuando no generan un alto retorno a corto plazo que justifique la inversión adicional. En el pasado, frecuentemente se asumía, erróneamente, que los campesinos disponen de mucha mano de obra subocupada, que se puede aprovechar para invertir en estas tecnologías de los esfuerzos para promoverlas.

De todas estas prácticas, quizás las únicas que han tenido una amplia adopción, han sido las relaciones con la labranza de conservación. Esa tecnología requiere nuevas inversiones en maquinaria e implementos, pero en relativamente corto plazo reduce los costos de producción. Por otro lado, hay amplias áreas donde tradicionalmente los agricultores usaban terrazas y otras prácticas de conservación de suelo, pero esas tradiciones se han ido perdiendo debido a la necesidad de los productores de buscar fuentes de trabajo fuera de las fincas (Zimmerer, 1993).

Las tecnologías agroecológicas aprovecha los principios ecológicos tales como diversidad en el espacio y el tiempo, reciclaje de nutrientes, depredación natural y parasitismo, máximo aprovechamiento de luz y agua, fijación biológica de nitrógeno y recursos genéticos adaptados a las condiciones locales par crear agroecosistemas más productivos y estables y menos dependientes de recursos externos (Altieri, 1987). Las tecnologías de este tipo incluyen las rotaciones y asociaciones de cultivos, los sistemas mixtos agrícolas-ganaderos, agroforestales y silvopastoriles, el uso de leguminosas, al control biológico clásico, el mantenimiento de la diversidad genética y el reciclaje de desechos agroindustriales, como la pulpa de café, el banano de desecho, el bagazo de la caña de azúcar y el excremento de establos y chiqueros para distintos usos.

En su máxima expresión, este tipo de tecnología implica rediseñar de forma completa los sistemas de producción, y no sólo cambiar algún componente especifico. Esta pretensión, sin embargo, contradice la tendencia de la mayoría de los agricultores de adoptar sólo componentes tecnológicos aislados, y por lo tanto requiere esfuerzos más intensivos de transferencia de tecnología. Probablemente sólo se aun pequeño grupo de agricultores los que asimilan la filosofía de un enfoque agroecológico de alta productividad y reestructuran sus sistemas de producción. Sin embargo, si ha habido un aumento sustancial en el uso de abonos verdes en muchos lugares, el reciclaje de desechos agroindustriales y otras prácticas puntuales. Es probable que paulatinamente aumente la adopción de patrones tecnológicos agroecológicos, aunque no se puede esperar que ese proceso sea muy rápido.

Por tecnologías de "ordenamiento territorial", se entiende todos aquellos cambios en los patrones de uso de la tierra que degradan menos los recursos naturales. Estos cambios en el uso de la tierra son producto no solo de cambios en los precios relativos, sino también de tecnologías que modifican la rentabilidad comparativa de los distintos usos de suelo. Ese cambio en rentabilidad puede ser directo cómo cuando se expande el área del bosque como resultado del desarrollo de una nueva variedad de árbol de rápido crecimiento o puede ser indirecto -cuando mejoras tecnológicas en el arroz aumenta su oferta en zonas productivas, reduce su precio y desincentiva la producción de arroz en zonas marginales (Harrington, 1994).

Probablemente, la tecnología de ordenamiento territorial que mayor impacto ha tenido hasta ahora ha sido el mejoramiento genético forestal, permitiendo una gran expansión en el uso de árboles de rápido crecimiento, en varias regiones, pero especialmente en el Cono Sur. Esto ha permitido reducir la erosión en grandes áreas de laderas aunque también ha generado otros tipos de problemas debido al enfoque de monocultivo de las plantaciones, el desplazamiento de especies nativas, la contaminación asociada con los procesos industriales y el desplazamiento de los pequeños productores por las grandes empresas forestales.

Las tecnologías de comercialización le permiten al productor obtener mejores precios para sus productos por ser "orgánicos" o producidos en sistemas "sostenibles". Estas tecnologías incluyen sistemas de certificación y sellos verdes que garantizan que los productos agropecuarios y forestales han sido producidos usando tecnologías de manejo de recursos naturales y formas innovativas de distribución de esos productos. Ya existen iniciativas importantes de producir, procesar y exportar ajonjolí, algodón, café, cacao, frijol y soya orgánica, y también hay mercados pequeños pero crecientes para estos productos en la región. También se ha comenzado a exportar madera y otros productos forestales con "sellos verdes", que supuestamente reflejan que esos productos han salido de sistemas donde existe un manejo sostenible.

En muchos casos, aunque no siempre, la agricultura orgánica produce rendimientos físicos por debajo de los que permiten un agricultura con algo uso de insumos. Esto, sin embargo, se puede compensar con el menor gasto en insumos y los precios más altos que logran los productos orgánicos (Pretty, 1995). De igual forma, en algunos casos de sobreprecio que permite el manejo sostenible de los bosques nativos cuando se vende los productos, justifica los costos adicionales, sobre todo cuando se incluye una etapa de transformación industrial.

Se puede esperar que durante los próximos años sigan creciendo los mercados para los productos orgánicos y con "sellos verdes", aunque seguirán representando un pequeño porcentaje de los mercados globales. La producción para estos mercados también debe de generar experiencias valiosas a niveles tecnológicos que puedan ser incorporadas por otros productores que no necesariamente vende en estos mercados.

Conclusiones

Visto en su conjunto, las macrotendencias de la agricultura latinoamericana reflejan poco avance en cuanto a la sostenibilidad. Se nota poco progreso tanto en la seguridad alimentaria y los ingresos de los sectores pobres del campo como en la degradación de los recursos naturales. En términos generales, el marco de políticas todavía favorece a una agricultura de carácter excluyente que degrada los recursos naturales, la capacidad institucional para promover una agricultura sostenible es todavía una débil y muchas de las tecnologías disponibles que podrían aportar a una agricultura sostenible son difíciles de adoptar.

Existen, sin embargo, semillas de esperanza o como dice Miguel Altieri "semilla de resistencia". Ciertas políticas que incentivaban la deforestación y el uso de agroquímicos han cambiado. Se empieza a visualizar algunos elementos que podrían formar la base de un nuevo marco institucional que promueve la agricultura sostenible. Actualmente están dispersos en múltiples pequeños esfuerzos por entidades públicas, proyectos, universidades, ONGs gobiernos locales y organizaciones campesinas y ambientalistas. También existen algunas alternativas tecnológicas como el uso de agentes biológicos para el control de plagas y la labranza conservacionista que han logrado una amplia difusión.

Todavía es demasiado temprano para determinar si estas semillas de esperanza son islas asiladas en un mundo que va irreversiblemente hacia una globalización excluyente y depredadora de la naturaleza o si son los gérmenes de un nuevo modelo de agricultura basado en principios solidarios y ecológicos. Pero esto no es simplemente un pregunta académica para ser constatada de forma empírica. Sin querer caer en el voluntarismo más vulgar, sospechoso que la respuesta a la pregunta depende en parte de nuestros propios esfuerzos. Desapreció para siempre la época en que se contaba con las leyes inexorables de la historia para lograr el progreso. De nuevo, somos responsables de nuestro propio futuro.

sábado, 10 de febrero de 2007

PARTICIPACION POPULAR Y FOMENTO DEL DESARROLLO DE LOS RECURSOS HUMANOS PARA LA AGRICULTURA SOSTENIBLE

PLAZA DE ARMAS DE LA CIUDAD DE TINGO MARIA-PERU
"Ciudad de la bella durmiente"
INGº. FERNANDO S. GONZALES HUIMAN
DOCENTE DE LA FACULTAD DE AGRONOMÍA, UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA, TINGO MARIA-PERU.
http://fgonzalesh.blogspot.com
http://fsghinvestigacion.blogspot.com
http://huiman.net.blogspot.com
fsghdito@gmail.com fsgh_dito@yahoo.es



Esto enlaza la política con la gestión integrada de los recursos. Cuanto mayor sea el control de la comunidad sobre los recursos de los que depende, mayor será el incentivo para desarrollar los recursos humanos. Los gobiernos deberán promulgar al mismo tiempo instrumentos normativos que concilien los requisitos a largo y a corto plazo. El enfoque se centra en la promoción de la capacidad para valerse de medios propios, la cooperación, el suministro de información y el apoyo a las organizaciones de usuarios. Debería hacerse hincapié en las modalidades de gestión, en acuerdos que modifiquen el aprovechamiento de los recursos, los derechos y obligaciones relacionados con el uso de la tierra, el agua y los bosques, el funcionamiento de los mercados, los precios y el acceso a la información, el capital y los insumos. Todo esto requerirá formación y aumento de la capacidad para asumir mayores responsabilidades en actividades de desarrollo sostenible.

Los objetivos principales son la de:

a) Crear una mayor conciencia pública del papel de la participación popular y de las organizaciones populares, en particular grupos de mujeres, jóvenes, poblaciones indígenas, comunidades locales y pequeños agricultores, en la agricultura y el desarrollo rural sostenibles;

b) Velar por el acceso equitativo de la población rural, en particular de las mujeres, los pequeños agricultores, los campesinos sin tierra y las poblaciones indígenas, a los recursos agrícolas, hídricos y forestales, así como a las tecnologías y la financiación, comercialización, elaboración y distribución de los productos;

c) Reforzar y desarrollar la gestión y la capacidad interna de las organizaciones populares rurales y los servicios de extensión y descentralizar la adopción de decisiones al nivel básico de la comunidad.

Las actividades que deben de realizarse se deben enmarcar en:

1. Los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo de las organizaciones internacionales y regionales competentes, deberían:

a) Desarrollar y mejorar los servicios de extensión agrícola y los servicios y organizaciones rurales y llevar a cabo actividades de ordenación de los recursos naturales y de logro de la seguridad alimentaria, teniendo en cuenta las diversas necesidades en materia de agricultura de subsistencia y de cultivos comerciales;

b) Estudiar y reorientar las medidas existentes para lograr un acceso más amplio a los recursos de tierra, agua y bosques y garantizar a las mujeres y otros grupos desfavorecidos la igualdad de derechos, haciendo hincapié en las poblaciones rurales, las poblaciones indígenas y las comunidades locales;

c) Asignar claramente títulos, derechos y responsabilidades con respecto a la tierra y a las personas y las comunidades, para estimular la inversión en recursos agrícolas;

d) Elaborar directrices sobre políticas de descentralización para el desarrollo rural mediante la reorganización y el robustecimiento de las instituciones rurales;

e) Elaborar políticas sobre extensión, capacitación, fijación de precios, distribución de insumos, crédito y tributación, para crear los incentivos necesarios y para el acceso equitativo de los pobres a los servicios de apoyo a la producción;

f) Prestar servicios de apoyo y capacitación, reconociendo la variedad de las circunstancias y prácticas agrícolas según el lugar; la utilización óptima de insumos agrícolas locales y el empleo mínimo de insumos externos; la máxima utilización de recursos naturales locales y la gestión de fuentes de energía renovables, así como el establecimiento de sistemas para el intercambio de información sobre distintas formas de agricultura.

2. Los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo de las organizaciones internacionales y regionales competentes deberían reunir, analizar y difundir información sobre recursos humanos, la función de los gobiernos, las comunidades locales y las organizaciones no gubernamentales en la innovación social y las estrategias para el desarrollo rural.

Para la Cooperación y coordinación en los planos internacional y regional los organismos internacionales y regionales competentes deberían:

a) Reforzar sus actividades con las organizaciones no gubernamentales en la reunión y difusión de información sobre la participación popular y las organizaciones populares, el ensayo de métodos de desarrollo participativo, la formación y educación para el desarrollo de recursos humanos y el refuerzo de las estructuras de gestión de las organizaciones rurales;

b) Ayudar a difundir la información disponible a través de las organizaciones no gubernamentales y promover una red agrícola ecológica internacional para acelerar el desarrollo y la aplicación de métodos agrícolas de valor ecológico.

Además, los gobiernos, al nivel apropiado y con el apoyo de las organizaciones internacionales y regionales competentes, deberían:

a) Estimular la participación popular en el desarrollo y la transferencia de la tecnología agrícola, incorporando las prácticas y los conocimientos ecológicos autóctonos;

b) Realizar programas de investigación aplicada sobre metodologías de participación, estrategias de gestión y organizaciones locales.

Para el Desarrollo de los recursos humanos los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo de las organizaciones internacionales y regionales competentes, deberían dar formación técnica y de gestión a los administradores públicos y a miembros de grupos de usuarios de recursos en cuanto a los principios, las modalidades y los beneficios de la participación popular en el desarrollo rural.

Sobre el aumento de la capacidad los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo de las organizaciones internacionales y regionales competentes, deberían introducir estrategias y mecanismos de gestión como servicios de contabilidad y auditoría para las organizaciones populares rurales y las instituciones de desarrollo de recursos humanos; y delegar responsabilidades administrativas y financieras en niveles locales sobre la adopción de decisiones, la obtención de ingresos y los gastos.

PROXIMO TEMA:
"Mejoramiento de la producción agrícola y los sistemas de cultivo mediante la diversificación del empleo agrícola y no agrícola y el desarrollo de la infraestructura "

viernes, 2 de febrero de 2007

AGRICULTURA SOSTENIBLE EN EL CONTEXTO SOCIAL, ECONÓMICO Y AMBIENTAL

Valle del Huallaga, Tingo María-Perú


Ingº FERNANDO S. GONZALES HUIMAN fsgh_dito@yahoo.es fsghdito@gmail.com
Docente de la Universidad Nacional Agraria de la Selva, Tingo María-Perú.
http://fgonzalesh.blogspot.com
http://fsghinvestigacion.blogspot.com
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El planeta es el hábitat de todos los seres vivos, entendiéndolos como seres humanos y animales, es el lugar al cual pertenecemos y merece nuestra protección y cuidado; aunque se interponen variables de tipo económico en donde el afán de lucro de las personas y de algunas empresas, no dejan ver ante sus ojos, el deterioro físico y los cambios climatológicos presentados en el mundo, a consecuencia de la destrucción de los recursos naturales, renovables y no renovables.

La preocupación ha trascendido las fronteras de todas las ciencias especialmente, las naturales, económicas y contables, desenvolviéndose en escenarios del bienestar social y del mejoramiento de la calidad de vida de las personas, argumentando la sostenibilidad del medio ambiente y de la agricultura. Se afirma que los métodos utilizados actualmente en cultivo de productos agrícolas; esta degenerando la tierra por efecto de la utilización de pesticidas y plaguicidas, se rompe el equilibrio con la naturaleza y los ecosistemas, acelera la erosión del suelo y la perdida de sus minerales acarreando problemas sanitarios, en la salud humana trastornos en el sistema neurológico, alteraciones genéticas, reducción de la fertilidad, etc. Originado por el incesante uso de fertilizantes, disminuyendo además el valor nutritivo de las cosechas y alimentando el bolsillo de las industrias petroquímicas, quienes son los beneficiarios directos, en la producción y comercialización de los mismos. (Comunicación de la comisión: "orientaciones para una agricultura sostenible").

Como se puede observar, el capital financiero esta inmerso dentro de la problemática ambiental, no solo en su destrucción sino también en su preservación, conforme a los acuerdos internacionales existentes en la globalización, el ALCA en donde organismos especializados de las naciones unidas como la FAO, promueven en los países subdesarrollados, la introducción de políticas y estrategias, tendientes no solo a la conservación del medio ambiente, también las necesidades y derechos presentados por los agricultores conforme a los beneficios percibidos de los recursos biológicos.

En Colombia, los procesos de conservación y uso sostenible de bienes y servicios ambientales, se vienen adelantando a través de la implementación de programas que aseguren la protección a los ecosistemas en algunas regiones del país, a fin de mejorar la biodiversidad y bioseguridad ecológica; además, de establecer capacitaciones permanentes a los agricultores a través del Ministerio de Agricultura y El IDEAM, en donde se analiza las diferentes investigaciones y experiencias practicadas en otros países, identificando sus fortalezas como debilidades en este campo.

También se señala algunas subvenciones presentadas por el Gobierno Nacional al sector, a través de un subsidio integral, el cual incluye capacitación asistencia técnica y desarrollo de proyectos productivos, en aras de mejorar la eficiencia y efectividad de sus actividades a fin de producir con la mas alta calidad.

La Contaduría debe estar contenida en la revolución verde de la agricultura sostenible, en donde se deben adelantar investigaciones que permitan medir y clasificar de manera contable, la actividad agrícola y la satisfacción de las necesidades de los agricultores tratando de mejorar su calidad de vida, relacionar el ambiente-hombre-naturaleza para el desarrollo y crecimiento sostenible dentro de la sociedad.

Los profesionales contables deben estar a la vanguardia de las corrientes introducidas y tratar de dar solución a dicha problemática a través de su agremiación, desempeñando su rol dentro del contexto social, además de actuar en conjunto a las demás disciplinas a fin de compartir el conocimiento esparciendo alternativas en respuesta a los fenómenos ambientales de la naturaleza, es preciso resaltar, este punto de convergencia, ya que los resultados esperados se concluirán para un solo fin.

La sostenibilidad agrícola en su marco conceptual es definida de múltiples formas, según el punto de vista económico, social, ecológico y científico, en este caso se abordará el económico, en donde se reconoce como el manejo y mantenimiento efectivo y eficaz de los recursos naturales relacionado a los sistemas de producción, respondiendo a las exigencias de los agricultores y de los consumidores.

En esta dimensión se presenta mayor atención a la agricultura por ser el primer elemento del eslabón de la cadena de producción; por ello, es de especial interés reconocer su actuación en el medio ambiente que le rodea ciñéndose a la vida socia y profesional de los agricultores al desempeñar un papel clave, para fomentar sus técnicas innovadoras conforme a las exigencias en materia de salud y las normas de calidad introducidas en el mercado global.
Es en este sentido, en donde se reitera la protección a la salud humana en consumo de los productos en estado natural, no sujetos a procesamiento como parte de la cadena productiva, es aquí en la contabilidad ambiental hace su aparición al medir la satisfacción del cliente, a través de indicadores de gestión, en un mercado rustico y tradicional como es el de la agricultura y de darle perfeccionamiento técnico y nuevas alternativas, que conducen a alimentos mas puros y sanos libres de contaminación.

Este sistema utiliza bases genéticas para la conservación de los recursos naturales, adecuándolos acore a un estudio previo de la región, para determinar cuales han de ser las variedades agrícolas a cultivar y mejorando los métodos tradicionales, con el uso integrado de tecnologías de gestión de plagas, nutrientes, suelo y agua, aumentando el rendimiento por hectárea sin dañar recursos naturales, las técnicas utilizadas son aun menor costo para el agricultor y fáciles de realizar, el inconveniente presentado es que es un proceso a largo plazo generalmente a 10 años, aunque este periodo puede variar dependiendo de la variedad de los cultivos.

La utilización de herramientas a bajo costo y de mayor rendimiento, es la posibilidad que debe investigar e indagar los contadores públicos, en esta área en relación al costo-beneficio, la rentabilidad, la oferta y demanda, como analista y consultor del agricultor, ello implica conocer las ventajas y desventajas de la agricultura sostenible, a favor de la naturaleza.

Este usuario de la información es el ente que en primera instancia, necesita información a primera mano, de manera que el contador público puede desempeñarse en dicha área, debe acceder a la información requerida y tener una comprensión mínima de sus partes y su interacción con la naturaleza, incluyendo el comportamiento que mantiene el equilibrio de los ecosistemas, a fin de lograr una representación amplia al fenómeno ambiental, es por eso, que la contaduría como profesión independiente tiene esta tarea de aproximarse a la realidad ambiental, como se había mencionado anteriormente, es una construcción de cada disciplina, la contabilidad y la contaduría deben nutrirse de ellas, hacer un esfuerzo conjunto y determinar las necesidades del sector en materia económica, natural, financiera, identificando los procesos de producción, los materiales e insumos utilizados, el tipo de región en donde se encuentra, los productos que se esperan cosechar y la clase de mercado en que se espera incursionar, además de reconocer los costos económicos, sociales y ambientales; en materia de la limpieza del agua contaminada, desechos orgánicos y la destrucción del paisaje natural.

Así mismo se incorpora la contabilidad una vez mas al problema ambiental, dentro del marco de la agricultura sostenible como medio de recuperar la tierra y concienciar a las personas involucradas dentro de la comunidad agrícola de que si no se hace con agilidad los procesos de conservación de la naturaleza, tal vez en el futuro, las nuevas generaciones no podrán disfrutar de los paisajes el ambiente existente actualmente.

En relación a la revolución en la agricultura a través de su sostenibilidad existe una ley a nivel mundial, impulsada por el partido de la ley natural, que es un organismo internacional encargado de promover y elevar la conciencia individual y colectiva del ser humano, en relación a su prosperidad económica, tratando estabilizar y aumentar la productividad y asegurar el apoyo de todos los factores-suelo-semillas-tiempo, en donde se conjuga el éxito de las cosechas y mantener el equilibrio ecológico, a fin de mejorar dicha conciencia no solo a agricultores, sino a consumidores y ayudar a la transición de una agricultura orgánica y natural. Es en este enfoque que la agricultura sostenible trae las siguientes características a favor del aumento de la producción, productividad de los agricultores y el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, las fincas, la agremiación de este sector para las actividades de pre-mejoramiento y la expresión del potencial genético:

· La diversificación de las cosechas y la rotación de cultivos.
· La conservación del suelo y del agua
· La investigación y el uso de herbicidas, pesticidas y fertilizantes no químicos, que no dañen el equilibrio del suelo y permitan altos niveles de rendimiento.
· Las técnicas que permiten reducir o eliminar el uso de combustibles fósiles.
· El uso de residuos y desechos dentro del sistema de producción alimentaria para reciclar los nutrientes minerales, para evitar los fertilizantes químicos.
· La investigación y aplicación de técnicas agrícolas sostenibles, ecológicas y de bajo coste.
· La recuperación de aquellas practicas agrícolas tradicionales que cumplan las condiciones anteriores.
· Métodos de producción y comercialización que tengan por objeto ofrecer alimentos frescos y de alta calidad.
· El tratamiento mas humano de los animales
· Programas educativos para informar y educar a los consumidores sobre los beneficios de los alimentos producidos orgánicamente.
· Medidas para lograr una mayor diversificación y flexibilidad en las decisiones sobre las explotaciones agrícolas y ganaderas.
· Mercados locales para que los agricultores puedan vender sus propios productos producidos en la región.

Es necesario, resaltar que la apertura del fortalecimiento de este nuevo modelo, ha sido analizado en el contexto económico y social, en donde se hace la consideración concerniente al ALCA y de sus implicaciones en relación con la liberación comercial, se dice que en materia agrícola, los países subdesarrollados deben implementar mecanismos que coadyuven el crecimiento y fortalecimiento de sus regiones para abordar la globalización, además, que ante dicha situación los países deben endeudarse para invertir en activos y capacitación del recurso humano y físico, pero, de donde sale la financiación? Esta pregunta suspicaz define y responde las verdaderas pretensiones del ALCA, acerca de los organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los cuales pretenden que el sector mas desprotegido de los países en desarrollo, entablen las relaciones internacionales, en este punto, se aclara que la producción agrícola no debe ser dirigida solamente a la producción bienes primarios, si no que se requiere, su transformación, es decir, necesitan de valor agregado, en el momento de exportar integrando los procesos de producción, comercialización y transporte a fin de reducir el escalonamiento de los aranceles y reconocer el efecto contrastado de la contaminación no se observa solo en el producto, sino en todos los procesos.

Bajo la perspectiva económica la agricultura merece importancia, debido a la implicación social que emerge, a través de ella el gobierno establece la seguridad alimentaria, de un país como medio para aumentar la producción de alimentos y mantener los niveles de nutrición en la población, si su crecimiento no es muy considerable, las perspectivas de los habitantes es sombrías.

CONCLUSIONES:

La contabilidad en su máxima expresión debe adelantar los procesos necesarios que involucre profesionales y estudiantes, a enfrascarse dentro de la problemática del medio ambiente y a su protección, se deben iniciar investigaciones que vayan a este propósito, es un tema amplio al que se le debe dar especial atención, por que involucra un grupo de interés nunca antes mencionado bajo esta perspectiva.

La agricultura y el desarrollo sostenible están de la mano aunque con visiones diferentes contribuyen al desarrollo de la sociedad, en esta época de cambios continuos y permanentes, y hacer ver la contabilidad en este sentido seria una oportunidad que debemos aprovechar, así mismo como en el marco de la contabilidad internacional que existen algunas normas que hablan sobre la agricultura, pero que no son las adecuadas a un país subdesarrollado, mediante la agricultura sostenible obtenemos serias ventajas mayores, al tratar de reconocer las necesidades sociales no solo de un comunidad en particular sino de toda una sociedad.